Callao, año 2015. 

En el mes de enero, se declara la alerta amarilla en diversos hospitales de Lima y Callao. La fiebre Chikungunya nos tocaba la puerta, proveniente de Colombia. En el Perú se presentaban los primeros casos y esta situación conduce a que algunas provincias sean declaradas en emergencia. 

El mosquito (Aedes aegypti) debe ser combatido. Para ello puede hacerse uso de insecticidas; pero la mejor manera, es la prevención. Debe evitarse la proliferación de las larvas del mencionado mosquito, eliminándose todos los reservorios de agua, para que estos no se conviertan en criaderos.

En el Callao, las piscinas portátiles, abundan desde los primeros días de verano; y dejan de estar en la calles cuando inicia el año escolar, es decir, los primeros días de marzo.

Estas piscinas pueden quedarse días en la calle sin que se les cambie el agua; o puede que sean llenadas de día y vaciadas de noche. Siempre ha sido así.

La Municipalidad Provincial del Callao, a finales de marzo, emitió una tímida Ordenanza; la Nº 004-2015 (24/03/15) que tiene como objeto “la promoción y ejecución de actividades dirigidas a la vigilancia, prevención, diagnóstico precoz y control del Dengue y Chikungunya incluyendo la implementación de medidas para evitar la proliferación de criaderos de larvas y mosquitos de Aedes aeypti (…)”.

En el Capítulo IV (“De las Prohibiciones"), artículo 17º, de la mencionada Ordenanza se indica: 

“Artículo 17. Se prohíbe:

(…)

17.7 Mantener piscinas (incluyendo las portátiles) y sus instalaciones con agua estancada que puedan convertirse en criaderos del mosquito transmisor del Dengue y Chikungunya.” 

Se encarga a la Gerencia General de Salud y a la Gerencia General de Protección del Medio Ambiente el cumplimiento de la mencionada Ordenanza.

Para el 26 de marzo en que la Ordenanza entraba en vigencia (día siguiente a su publicación), el verano ya había terminado. Piscinas, ya no habían.

Sólo quedaba esperar hasta el próximo año.

(Continuará...)