Cada verano, en el Callao, las piscinas portátiles invaden las calles. Estas se han convertido ya en parte de las postales de carnavales en el primer puerto. ¿Cuál es la participación de la Gestión Municipal que se fue y de la que está actualmente?

Esta es una pequeña crónica que pretende hacer una respuesta.

I


Callao, verano del 2014.

El viernes 31 de enero, el noticiero “24 horas” de Panamericana Televisión, emitió el reportaje titulado “Clausuran conexiones clandestinas de agua”; en el cual se visualizaba el Jr. Atahualpa, en el Callao.

Lo que me llama la atención ocurre en el minuto 1:43´ de la mencionada nota. Se entrevista al dueño de una piscina portátil, quien menciona que solicitó una autorización para ponerla (en la puerta de su casa, ocupando parte de la pista – vía pública), y esta le fue concedida.

Al escuchar dicha (sorprendente) declaración; preocupado por la cantidad de piscinas portátiles colocadas en la calle y la cantidad de agua desperdiciada que esto implica, opté por realizar un experimento: Solicitar una autorización para colocar una piscina portátil (en adelante “piscina”) en la vía pública.

piscina autorizada (Fuente: Panamericana Televisión)

Me acerqué a la Municipalidad Provincial del Callao el lunes 03 de febrero, a preguntar por los requisitos necesarios para colocar una piscina en medio de la pista, y cuánto tiempo la podía mantener allí. Bajo ese supuesto pensaba en un jacuzzi portátil con agua caliente para el invierno (que a veces hace falta).

Para los que no conocen el Cercado del Callao, algunas zonas conservan calles empedradas estrechas (aunque el empedrado original ya no exista (ni la calidad de ese trabajo)); y, en algunos casos, una piscina puede ocupar la totalidad de ésta; sin posibilidad de que pasen vehículos particulares o de emergencia (el camión recogedor de basura, ambulancias, camiones de bomberos y otros).

En la Municipalidad fui atendido por el personal de la Dirección de Medio Ambiente. Sin embargo, no pudieron darme razón acerca de la autorización (puesto que no existía), derivándome al local de Defensa Civil, también en el Callao.

Al ser atendido por Defensa Civil, me indicaron que no era de su competencia emitir autorizaciones respecto a las piscinas portátiles. En lo que sí coincidieron fue en recomendarme por favor que no colocara mi piscina porque podía dañar la pista, además del agua que iba a malgastar.

Ante la réplica, les comenté que el agua yo la pagaba puntualmente y que sólo quería no ser molestado por ningún vecino ya que, ante cualquier reclamo, podía mostrar mi autorización. Como el señor de la entrevista mencionada líneas arriba.

De regreso a la Municipalidad les hice notar que posiblemente, tal como el desmonte en la calle (que no se autoriza a arrojar, pero sí implica una multa a quien lo hace), colocar una piscina en la calle (con todas sus implicancias) no tiene autorización; pero sí involucra una multa para quien la instale. Pregunté por el importe de la misma así como su justificación legal.

La respuesta que recibí me dio la sorpresa de la temporada verano 2014: “Coloque nomás su piscina: hay tanta gente que la pone todos los días, que no importa.”.

(Continuará...)